la mesa muy espaciosa, de madera, perfecto para que te coman toda la polla.
El inconveniente es que para entrar le tienes que pedir las llaves al alcalde Dionisio (se llama asi de verdad)
Si no tienes forma de entrar, en la parte posterior hay unos bancos un poco incómodos, pero almenos cuando el roció de las mañanas te rozan los huevos, se mojan, con la hierba alta.
A disfrutar del pueblacho chavales