Lugar arriesgado pero oscuro con vistas a la ría donde echar un buen casquete, lo malo es que pega el viento bastante.
P.D.: No subir demasiado que los perros de los caseríos ladran todo el puto día, pero bueno así os tapan los gemidos. Que no os sorprenda si hay un tío raro mirandoos, es Jaime (no muerde, solo mira, creo). Tened cuidado con la carretera de abajo que alguna vez pasa la policía y os puede ver dándolo todo.